dimarts, 9 de desembre del 2008

Sarah









Despierta, tiemblo al mirarte;
dormida, me atrevo a verte;
por eso, alma de mi alma
yo velo mientras tú duermes.

Despierta, ríes y al reir tus labios
inquietos me parecen
relámpagos de grana que serpean
sobre un cielo de nieve.

Dormida, los extremos de tu boca
pliega sonrisa leve,
suave como el rastro luminoso
que deja un sol que muere.
¡Duerme!

Despierta, miras y, al mirar, tus ojos
húmedos resplandecen,
como la onda azul en cuya cresta
chispeando el sol hiere.

Al través de tus párpados, dormida,
tranquilo fulgor vierten,
cual derrama de luz, templado rayo,
lámpara transparente.
¡Duerme!

Despierta, hablas y, al hablar, vibrantes
tus palabras parecen
lluvia de perlas que en dorada copa
se derrama a torrentes.

Dormida, en el murmullo de tu aliento
acompasado y tenua,
escucho yo un poema que mi alma
enamorada entiende.
¡Duerme!

Sobre el corazón la mano
me he puesto porque no suene
su latido y de la noche
turbe la calma solemne.

De tu balcón las persianas
cerré ya porque no entre
el resplandor enojoso
de la aurora y te despierte.
¡Duerme!

Gustavo Adolfo Becquer

Ahir, la Sarah va arribar esgotada del cole i es va quedar adormida al meu costat, al llit, mentre jo estudiava. No vaig poder resistirme, un tros de llibreta i el boligraf Pilot vermell q tenia a la mà i va sortir aquest dibuix.